No hay duda de la existencia de muchas personas que no son capaces de ser padres por muchos motivos, problemas físicos como la falta de útero o el haber atravesado un cáncer (desaconsejándoles la gestación) como debido a otros motivos como son las parejas homosexuales o los padres solteros los cuales no pueden acudir a la inseminación artificial, por tanto el único modo de poder alcanzar el sueño de ser padres pasa por la maternidad subrogada (en España un proceso de adopción puede alargarse muchos años).
En España está taxativamente prohibida la maternidad por subrogación. Sin embargo, a la vez en España se permite la inscripción de los menores nacidos por esta técnica como hijos de españoles como viene recogido en la Instrucción de 5 de octubre de 2010 de la DGRN. ¿No resulta un poco contradictorio? No me estoy refiriendo a que los hijos de españoles nacidos por gestación por sustitución en el extranjero no deberían ser inscritos en España como españoles. Esto vulneraría los derechos fundamentales del menor. Resulta que tenemos en España una ley prohibitiva sobre la maternidad subrogada, pero el legislador sabe perfectamente que muchos españoles se acogen a dicha técnica para cumplir el sueño de ser padres. ¿Contradictorio no? El legislador no criminaliza a los padres que se acogen a una técnica no prevista ni legalizada en España… pero con esta medida prohibitiva el legislador está impidiendo que personas de pocos recursos y sin un nivel socio cultural mínimo, puedan optar a cumplir su sueño.
Desde el momento en que en España se permite inscribir a hijos de españoles nacidos en el extranjero mediante el vientre de alquiler, se está reconociendo que es una práctica cada vez más habitual y me parece incluso que la haya querido legalizar “de facto”, pero a la vez si en España no se permite la maternidad por subrogación, está claro que no queda otra que acudir a países donde sí está permitido. Ello supone un gasto tan elevado que no cualquiera puede asumir. Asimismo, supone mercantilizar la gestación por sustitución, cuando siempre se ha pensado que ha sido una práctica altruista. Entiendo que en los últimos tiempos ha habido un aumento de búsqueda de maternidad por este medio, lo que ha dado lugar a un incremento brutal de las agencias que se dedican a tramitar la gestión por sustitución en países donde es permitida, previo el pago de unos altos honorarios que algunos padres , en su ansia de cumplir su sueño, están dispuestos y pueden asumir. Por tanto, se está mercantilizando esta práctica y, además por el elevado coste, es claro que solo está al alcance de unos pocos. Tengamos en cuenta que habrá que abonar los costes de la agencia intermediaria, los costes del embarazo y pruebas clínicas, viajes, alojamiento, procedimiento en el país de origen para inscribir al menor en España, y largo, etc… cuantificándose unos gastos medios de unos 100.000 Euros, cantidad que no muchos españoles pueden destinar.
Mi opinión es que se vulnera el derecho constitucional a la igualdad discriminando a los individuos por algo como el poder adquisitivo, e incluso por el nivel socio cultural.
Me consta que alguna asociación pro-maternidad subrogada está preparando una ILP (Iniciativa Legislativa Popular) con el fin de recoger 500.000 firmas a favor de legalizar dicha practica y presentar la propuesta ante el congreso, aunque , honestamente, pienso que con el conservadurismo que destila el gobierno de España (lo viene demostrando con la reforma de la Ley del Aborto) dicha ILP caerá, lamentablemente, en saco roto.
También es cierto que en el debate para la aprobación de la maternidad subrogada juega un papel muy importante el aspecto moral y ético, y tengo la certeza que la Iglesia intervendrá hasta el extremo para que nunca se reconozca una práctica a la que cada vez más españoles se acogen, aunque creo que la Iglesia no debería intervenir en asuntos de esta índole, puramente civiles, en base a la ética, ya que la ética es muy subjetiva, cada uno tiene la suya. Lo mejor, creo, sería tomarse la maternidad subrogada como un transplante más pudiéndose llevar a cabo dentro de nuestras fronteras como un procedimiento regulado legalmente donde se interviene de manera voluntaria y protegiendo todos los derechos de las personas intervinientes, especialmente la de los futuros menores.
Hoy en día, la necesidad por la gestación por subrogación es una realidad en España, y se considera un procedimiento para alcanzar un modelo de familia más como lo son desde julio 2005 los matrimonios formado por personas del mismo sexo, por tanto no hay que dar la espalda a las nuevas realidades por que entonces es cuando una sociedad se queda anclada en el pasado.
Definitivamente, este Gobierno o el que venga en un futuro, debe abrir los ojos, sin duda urge una reforma de la maternidad asistida, adecuarla a la realidad actual, ya que aunque no se manejen estadísticas, por cuanto la información aún es muy opaca, es sabido que muchos españoles se acogen a dicha práctica en países donde sí está permitido ¿ no sería más fácil, entonces, permitirla en España con las debidas garantías para la madre gestante, el menor y los futuros padres? Legalizar la maternidad subrogada en España sería la única forma de garantizar la libertad para acceder a la paternidad o maternidad a cualquier modelo de familia.
